Este bogotano estudió en el colegio Gimnasio La Montaña, donde conoció a su equipo de trabajo y emprendió uno de los proyectos musicales más notorios en su carrera: la banda Morat.

Por Luis Pérez y Jesús Núñez
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Durante la franja de Encuentro con autor, de Ulibro 2020Simón Vargas  presentó su primer libro A la orilla de la luz publicado en marzo de 2020Una colección de 14 relatos que se entrelazan con sucesos narrativos del realismo mágico (técnica narrativa en la cual el autor desarrolla contextos fantásticos de acontecimientos extraordinarios), ambientados en la ciudad donde creció.

“Uno de los temas que quería tratar era lo siniestro en Bogotá”, explicó Vargas a Carlos Acosta Posada, director del programa de Artes Audiovisuales de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, quien sirvió como moderador durante el encuentro.

Entre rima e historia

Dijo que los cuentos cortos y las canciones comparten rasgos similares, “son breves, impactantes, como un puño en la cara”, mientras explica la estructura literaria de ambas prácticas. Aislar los conceptos musicales como la “rima” en distintos aspectos durante la construcción literaria, “permite estar pensando en algo más allá de la parte estructural de lo que uno está escribiendo”, comentó.

Dentro de su proceso académico se encuentra la formación de  historiador; carrera que no ha culminado debido a sus proyectos artísticos. Pero que le ha servido para plasmar sus ideas en el desarrollo de las historias de su libro. Afirma que la “conjunción” entre su experiencia, lo vivido y la “conceptualización académica”, de la mano de un gran interés por la incidencia de la herencia colonial “sentaron bases muy buenas a la hora de escribir el libro”. 

Es precisamente ese interés por la historia colombiana, lo que lo llevó a intentar rescatar la herencia ancestral dentro de su reciente obra literaria. Su preocupación por el desconocimiento de muchos colombianos hacia las raíces indígenas, fue clave a la hora de la creación de las historias plasmadas en A la orilla de la luz.  “Quería tratar de imaginarme aquello que había antes de toda la incidencia occidental que nos cayó encima”, dijo, destacando esto como uno de los puntos más importantes de su obra.

La orientación académica por parte de profesores y amigos, le sumaron componentes importantes para su investigación literaria. “Era meterse al bosque del archivo a ver uno qué se encontraba, para ver lo que pasaba en Bogotá durante esos tiempos”, comentó Vargas.

Anatomía Textual

El desarrollo del texto se presenta de una manera particular, pues se lee de forma descendente (empieza por el último cuento). La idea del libro nace justo después de ver un taller de narrativa con Carolina Sanín. “Ella nos pidió que escribiéramos un cuento sobre la violencia”, explicó.

Teniendo en cuenta este historial de violencia y conflicto que ha acompañado a Colombia desde sus inicios como República, Vargas plantea en su libro “una reflexión tanto de la violencia actual del país como del pasado violento”.

 Desde una manera creativa se narran las historias, que si bien, una tiene que ver con la otra, también se pueden explorar de manera individual. “Hacerlo de una manera que no fuera obvia, como realmente poder encontrar esos retazos de violencia que lo tocan a uno profundamente pero que no es obvio por qué“.

En el proceso narrativo del libro,  tres amigos fueron sus primeros lectores, quienes a través de charlas comentaban y postulaban distintas versiones. “En una conversación con uno de ellos, llegamos a una conclusión que  me cambió la forma de acercarme a la violencia”, explica Vargas, haciendo referencia a la relación entre paranormal, el paramilitarismo y las desapariciones que les ocurren a algunos personajes en su libro.  En sus textos, Vargas establece una posición entre trabajar con lo no obvio, que pueden ser los sucesos extraordinarios, y con lo absolutamente real, que pueden ser los falsos positivos. 

Representación gráfica

Uno de los temas que se trató  durante el conversatorio fue la intención del autor en escribir sobre la presencia de una compañía maternal a lo largo del desarrollo del texto. “La constante de la maternidad como lugar seguro y el espacio más siniestro en el momento en el que esta relación se subvierte”, mencionó al explicar la problemática político-social de las Madres de Soacha

Los contextos nacionales también sirvieron de puntos referentes como anclaje para conectar historias que de una manera fantástica asemejan a situaciones reales, como el fragmento “los ombligos que se vuelven esmeraldas», resaltando la problemática social sobre el aumento de natalidad en Colombia para el cobro de subsidios familiares. «Es como tratar de imprimirle realismo”, agregó Vargas al mencionar el paralelo entre lo real del contexto nacional y sus similitudes literarias.

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