Por Luis Fernando Rueda Vivas
La muerte del maestro Sergio Acevedo Gómez, acaecida en Bucaramanga el pasado lunes 14 de febrero, enluta al mundo de la música y la cultura en general, por todo lo que representó este insigne artista para la capital santandereana y el departamento, y estrechamente, para la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) y, como no, para la Feria del Libro de Bucaramanga, Ulibro.
A la ya habitual vinculación del maestro Sergio en los preparativos del concierto inaugural de cada feria, que lo hacía de manera entusiasta y rigurosa para abrir una nueva edición de la fiesta literaria más importante del oriente colombiano, estaba su amor por la lectura. En esta crónica de Silvia Serrano Pacheco, realizada para el Periódico 15 de la UNAB en noviembre de 2015, se retrata el espíritu apasionado por escritores como el argentino Julio Cortázar y los colombianos León de Greiff y Gabriel García Márquez, así como por nuevos talentos literarios.
Sergio Acevedo en la versión 2010 de la la Feria del Libro de Bucaramanga, Ulibro
Un año atrás, para la feria de 2014, Ulibro preparó un homenaje con motivo del centenario del nacimiento del autor de “Rayuela”, “Bestiario” e “Historias de cronopios y de famas”, entre otras grandes obras, para lo cual preparó el libro “Cortázar centenario”, que se puede ver en línea o descargar aquí, el cual contiene el relato en primera persona de Acevedo Gómez sobre su intercambio epistolar con el escritor, poeta y traductor, a quien admiraba profundamente porque, según él, “la escritura de Cortázar tiene ritmo de jazz”, y con quien –de ahí el titular de este artículo– quedó pendiente una conversación.
En esa feria, en la tarde del 26 de agosto, el maestro Acevedo y el periodista Alberto Donadío Copello ofrecieron un conversatorio al público asistente sobre los intentos frustrados por encontrarse con el famoso escritor quien, en esa época, formaba parte del ‘boom’ latinoamericano de las letras. Donadío, entrañable amigo del desaparecido director de orquesta, hizo una semblanza sobre sobre su personalidad en esta columna publicada en la revista Semana.
Alberto Donadío y Sergio Acevedo en el conversatorio “Cortázar Centenario” en Ulibro 2014
Acevedo fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson en la cumbre de su obra más querida, la Orquesta Sinfónica UNAB, lo que constituyó un duro golpe para un hombre cuyo trabajo, paradójicamente, dependía de los finos movimientos de sus manos. Sin embargo, el maestro no se amilanó, se aferró a la ciencia y siguió adelante con su pasión. La periodista Carolina Rey lo acompañó una tarde en junio de 2012, en su apartamento, para escudriñar un poco en el pensamiento de Acevedo ante la adversidad y construyó la siguiente crónica para el programa Soy Autónomo TV, que se veía en el canal regional TRO.
Sergio Acevedo Gómez alcanzó a cosechar los máximos honores en vida. En 2009 recibió el Doctorado Honoris Causa en Música, otorgado por la UNAB, al batirse incluso contra molinos de viento para crear el programa de Música en esta institución. Sus palabras en esa ceremonia fueron de agradecimiento para la Universidad, a la cual reconoce haber podido “ser profeta en mi tierra”. Aquí puede leer el discurso completo.
Su amigo Emilio Sanmiguel, a propósito de las dificultades de un hombre universal, como lo fue Acevedo, escribió este artículo en el periódico Vanguardia, en el cual relata los obstáculos impuestos por el cerrado gremio musical capitalino ante el talento de la entonces joven promesa de la dirección orquestal.
Y como en la historia de sus desencuentros con Cortázar en París, su hermano Óscar –también músico– le dedicó esta columna de despedida en publicada en el periódico El Tiempo, abrazándolo en la eternidad. Quizás allí ese vino que quedó en suspenso pueda beberse al fin.
¡Gracias por la música!
Aquí puede observar una recopilación de fotografías hecha por Pastor Virviescas Gómez sobre el maestro Sergio Acevedo dirigiendo en teatros, parques e iglesias a los jóvenes y docentes con quienes creó y consolidó una de sus más grandes obras: la Orquesta Sinfónica UNAB.