Su profesora Liliana Díaz Mindurry no se anduvo con rodeos y la desafió diciéndole que empezaba de inmediato a escribir una novela o, sin contemplaciones, la echaría del taller literario que impartía. “Entonces ahí arranqué con ‘Matar a la niña’, que nunca jamás la voy a reeditar porque me parece que es una novela fallida”, reconoce Agustina María Bazterrica (1974). 

Aunque desde niña publicaba cuentos con faltas de ortografía en las carteleras del colegio, si la vida no le da un giro tan drástico, Agustina estaría como secretaria en una oficina de abogados en Buenos Aires (donde trabajó por más de 20 años para costearse sus gastos) y no presentando su tercera novela “Las indignas”, en la XXII Feria del Libro de Bucaramanga.

La escritora argentina Agustina Bazterrica en Ulibro 2024. / Foto Pastor Virviescas

Se desempeñó como guía bilingüe en el Teatro Colón, donde se enamoró de la ópera y quiso ser cantante lírica. También cursó la carrera de artes en la Universidad de Buenos Aires. “Yo escribo antes de saber lo que es un escritor. Inclusive cuando me quise desviar de la literatura, la literatura siempre me encontró”, afirma con la convicción de quien hoy se dedica exclusivamente a este mundo de las letras. 

Desde 1998 ha recibido distinciones en 36 concursos de cuento y novela en su país y en el exterior, alzándose con el primer puesto en diez de ellos, como el Clarín Alfaguara de Novela (2017). Su otro título es “Cadáver exquisito”, a la par del libro de cuentos “Diecinueve garras y un pájaro oscuro”. Autocrítica, Agustina manifiesta: “el día que vos creas que sos buen escritor por ganarte un concurso, dejá de escribir”.

“Nos llamó indignas, como todas las veces, como lo hace cuando nos reunimos en la Capilla de la Ascensión cada tres o nueve días (nunca sabemos exactamente cuándo nos van a convocar. Pronunció otra vez la palabra ‘indignas’ y hubo una reverberación en las paredes de piedra como si su voz tuviese el poder de movilizar lo inerte”. De esta forma inicia su diario clandestino de 192 páginas en las que es frecuente hallar palabras y renglones enteros tachados, pero no porque se le haya pasado por alto a la autora o al editor de turno sino debido a que ese es su peculiar estilo similar al de quien escribe a mano. Así que en uno de ellos dice: “Quise matarla, quiero matarla. Quiero atarla, quiero golpearla, quiero destruirla, quiero romperla, quiero lamerla, quiero desnudarla, quiero torturarla, quiero matarla, matarla, matarla. Quiero”, pero el verbo querer es el único que pasa intacto.

Encuentro con autora: “Las indignas” con Agustina Bazterrica. / Foto Pastor Virviescas

Bazterrica le dedica su obra a una amiga que falleció en 2022, pero también “a todas las indomables, brujas, desobedientes, a las que tienen la luz”. Es de los pocos autores latinoamericanos que puede darse el lujo de decir que ha vendido más de medio millón de ejemplares, siendo traducida a más de 20 idiomas.

“Una distopía perturbadora en la que resplandece la naturaleza oscura de una falsa divinidad, un dios abusivo, pero también la forma subrepticia, aunque poderosa, de la amistad”. Esto les quedó claro a quienes abarrotaron la Sala A del centro de convenciones Neomundo y se enteraron de que en su más reciente novela “el mundo atravesó guerras por el agua y catástrofes ambientales. Los días pasan de gélidos a sofocantes en cuestión de horas, el aire esta saturado de olores pestilentes y el cielo se cubre con nieblas espesas y pegajosas como telas de araña. En este presente desolador, confinadas en la Casa de la Hermandad Sagrada, varias mujeres sobreviven sometidas a los designios de un culto religioso y son objeto de torturas y sacrificios en nombre de la iluminación. Todas se encuentran bajo el mando estricto de la Hermana Superior, por encima de quien solo se erige ‘Él’. ¿Quién es ‘Él? Poco se sabe; nadie puede verlo, pero desde las sombras las domina”.

Gustan o no gustan. Con los libros de Agustina Bazterrica no hay medias tintas. Lo suyo no son las novelas románticas ni la prosa ligera. Se enfoca en el dolor, en la injusticia, en la podredumbre moral, en el hambre, en el consumismo, en la contaminación, en la alienación, entre tantas plagas de la humanidad, porque si considerara que el mundo está bien como está, sencillamente no escribiría y seguiría de asistente en el bufete bonaerense. Se quiere escapar de la distopía, pero esta la tiene atrapada con sus 19 o más garras.

Escribe sobre catástrofes con el anhelo de conjurarlas y que no ocurran, o para estar preparada cuando sucedan, si es que sobrevive cinco minutos. “Al final todos seremos devorados”, enfatiza. Pero de utopías ni el más mínimo coqueteo. Y que cada lector de “Las indignas” se cuestione sobre el amor como energía universal (no el romántico, insiste) y dónde está lo sagrado. 

Agustina Bazterrica en su firma de libros. / Foto Pastor Virviescas

Ulibro 2024 contó con el esfuerzo de la Universidad UNAB y el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, la Biblioteca Nacional, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo de la Alcaldía de Bucaramanga, la Cámara de Comercio de Bucaramanga, la Gobernación de Santander, Coordinadora, ESSA, Delthac Seguridad, Centro Comercial Cacique, Banco de la República, El Espectador, RCN Neomundo, entre otras.

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