En el cuarto día de actividades de la Feria del Libro de Bucaramanga, Ulibro 2022, se conmemoraron los 20 años de su creación, con un encuentro que reunió a las cuatro mujeres que han sido directoras del evento. Anécdotas y experiencias con invitados y la organización fueron el resultado de esta emotiva charla.
Danna Fernanda Rincón Alvarado
drincon288@unab.edu.co
Diana Carolina Mendoza Jimenez
dmendoza661@unab.edu.co
El periodista y escritor Paco Gómez Nadal fue el que creó la primera Feria del Libro de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Durante su intervención en el conversatorio “Ulibro: 20 años que construyen memoria”, manifestó estar orgulloso de ver en lo que se ha convertido Ulibro. “Queríamos que fuera una Feria no solamente viva, sino vibrante”, aseguró Gómez.
En una charla “coloquial y familiar” como lo mencionó Ángel Nemecio Barba, moderador del encuentro, se hizo un recorrido histórico por lo que ha sido Ulibro durante sus 20 años. Según contó Irina Gentil, directora de la primera edición, el nombre original del evento fue Feria del Libro Técnico y Científico, el cual se mantuvo hasta 2006.
Desde la organización de Liliana Pérez Nieto en 2007 es que pasa a llamarse la Feria del Libro de Bucaramanga, Ulibro, lo que mantuvieron Karen Vásquez López (quien estuvo en la dirección hasta 2015) y Érika Suárez (hasta 2019).
Cada directora, desde su experiencia en las diferentes ediciones de Ulibro, compartió con los asistentes distintas anécdotas. “Era una feria en la que nadie creía”, comentó Irina Gentil refiriendose a la primera feria versión, y el gran reto que significaba competir con eventos como la Feria del Libro de Bogotá (Filbo) y la Feria del Libro de Manizales.
La charla giró en torno a las dudas que surgían de parte del moderador Ángel Nemecio Barba: “¿Cuál es el personaje que más recuerdan de su época como directoras?”. Según Liliana Peréz, los más importantes fueron Fernando Vallejo y Fernando Sabater. Particularmente, sobre Vallejo, Pérez recordó que tardó varios meses en conseguir su confirmación al evento porque todo dependía de la salud de la mascota del escritor.
Karen Vásquez recordó al Premio Nobel de literatura John Maxwell Coetzee, que además fue para ella un “logro personal” lograr que aceptara la invitación a la Feria, según dijo. Sin embargo, todas concluyeron en que cada edición de Ulibro tenía un momento o persona memorable que hacía de la Feria algo especial y con una asistencia importante.
Las cuatro invitadas también dejaron algunos consejos para los nuevos encargados de la Ulibro, los coordinadores Luis Fernando Rueda Vivas, del área logística, Lynda Bula, encargada de la programación, y María Luisa Rueda, del área comercial.
Uno de estos fue que la Feria se convirtiera en un evento de ciudad, ya que Bucaramanga lo necesita. En otros aspectos, se resaltó el hecho de seguir proyectando el evento en el ámbito internacional, dándola a conocer en otros eventos, y mantener el apoyo del personal logístico que en su mayoría son estudiantes voluntarios de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB.
“Deberían incluir más universidades, convertirlo en algo más sólido, algo más de ciudad”, añadió Pérez. Por otra parte, Suárez invitó a “impulsar más el pabellón infantil y ampliar la muestra editorial”; Vásquez resaltó la importancia de “retomar escritores indígenas, para rescatar esa lengua”, y Gentil concluyó que “la Feria se debe proyectar de una manera nacional e internacional para una mayor interacción con el público”.