
Han transcurrido 38 años y ocho meses desde que un sicario enviado por el capo del narcotráfico Pablo Emilio Escobar Gaviria disparó en repetidas ocasiones y acabó con la vida de Don Guillermo Cano Isaza (1925-1986) en la Avenida 68 de la capital colombiana, pero tanto su obra como los principios que defendió siguen vigentes para quienes dicen ser periodistas (de los más encopetados a los ‘cargaladrillos’) o aquellos que sueñan serlo.
Este 12 de agosto se cumplieron los 100 años del natalicio de este periodista bogotano que escribía con tanta firmeza, convicción, pruebas y decencia que hizo temblar a los más poderosos, tanto en el mundo de la delincuencia como en el de la corrupción y la política.
“Solo la independencia, el carácter, la objetividad y el buen criterio del periodista y de los medios pueden vencer estas tormentas terribles en el nuevo mundo amenazado por todas partes de la libre información” y “Necesitamos la paz para vivir civilizadamente y dejar de morir a destiempo y como salvajes”, escribía el autor de la columna dominical “Libreta de Apuntes” y responsable de muchos de los editoriales con los que El Espectador le plantó cara a quienes reiteradamente atacaban con palabras y/o bala, y bombas a todo aquel que perteneciera a la redacción de este periódico que es el más antiguo de los que actualmente se publican en el país y que en 1994 fue considerado por el francés Le Monde como uno de los ocho mejores del mundo.
Precisamente con motivo del primer centenario del nacimiento de Don Guillermo, la XXIII Feria del Libro de Bucaramanga rindió este sábado 23 de agosto un sentido homenaje en el que intervinieron dos de los principales estudiosos y salvaguardas del legado de Cano Isaza.
Con conceptos, acontecimientos y frases precisas que conmovieron a quienes concurrieron a la Sala Editorial de Ulibro 2025 “Vidas Narradas”, los periodistas e investigadores Maryluz Vallejo Mejía y Jorge Cardona Alzate. Ella se ha desempeñado como profesora en las Universidades de Antioquia y Javeriana y es autora de libros como “A plomo herido. Una crónica del periodismo en Colombia 1880-1980” y “Xenofobia al rojo vivo en Colombia”. Cardona además de ser quien escribió los libros “Diarios del conflicto” y “Días de memoria”, ha sido docentes de la Javeriana y Los Andes, habiendo laborado durante tres décadas en El Espectador como redactor judicial, editor de esa sección y por 16 años como su editor general, tarea que fue recompensada en 2016 por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) con la entrega del galardón a un editor colombiano ejemplar.
Ellos aprovecharon su breve estadía en la capital santandereana para presentar el Premio Relatos de País, un concurso que busca honrar el legado de Don Guillermo y su profunda conexión con la vida en las regiones. Con él, la Fundación Guillermo Cano Isaza pretende construir una imagen de Colombia desde la mirada ciudadana que, a través de la escritura, resalte la diversidad cultural, las costumbres, tradiciones y el sentir regional que forman parte de nuestra identidad colectiva. Los participantes deberán compartir crónicas que no hayan sido publicadas ni parcial ni totalmente. Esos trabajos deben tener entre 6 y 10 páginas, enviarse en formato Word al correo fundacionguillermocano@gmail.com, anexando copia del documento de identidad, con fecha límite de recepción el 12 de noviembre de 2025.

Vallejo y Cardona también se refirieron a los tres volúmenes que la Biblioteca Nacional de Colombia editó recientemente como parte de la colección “El País de Guillermo Cano”. Son tres volúmenes: “Don Guillermo”, una biografía ilustrada en cómic; “El periodista”, una compilación de sus escritos; y “El maestro”, que explora diversas facetas de su vida y obra, incluyendo su defensa de la libertad de prensa. La colección está siendo distribuida gratuitamente en las bibliotecas públicas y se encuentra disponible para descarga libre en el sitio web de la Biblioteca Nacional que es www.bibliotecanacional.gov.co/es-co/colecciones/bibliografica/libro-digital
En “Don Guillermo”, por ejemplo, convergen las sensibilidades, las miradas, los trazos y el estrecho vínculo que tienen sus autores -dirigidos por Pablo Guerra y Laura Valentina Álvarez-, quienes asumieron el bello desafío de interpretar gráficamente la cotidianidad del periodista y el país que le tocó vivir, reportear, interpretar y valorar, según ha destacado la entidad oficial.
Por su parte, “El periodista” es una selección curada por Cardona Alzate de crónicas, columnas y editoriales escritos entre 1949 y 1986, que permite recorrer la historia contemporánea del país a través de la mirada aguda de Cano Isaza, el bachiller del Gimnasio Moderno que incursionó a los 18 años y desde abajo untándose de tinta, ese fiel hincha del Independiente Santa Fe y jugador de bolos, consagrado como uno de los más fervientes defensores a nivel nacional tanto del medio ambiente como de los derechos humanos, a la vez que como coordinador del Magazín Dominical y quien asumiría la dirección de El Espectador en septiembre de 1952, a pocos días del asalto e incendio de ese medio y de El Tiempo cuando el presidente designado era el conservador Roberto Urdaneta Arbeláez.
“El maestro” fue escrito por Vallejo y presenta siete perfiles que retratan las distintas facetas de Don Guillermo, desde su rol como editor riguroso hasta su defensa inquebrantable de la libertad de prensa.
En la charla de una hora se habló a profundidad de ese hombre que con disciplina y por vocación escribía a máquina, como en la que hizo lo propio el Nobel García Márquez cuando pasó por esa redacción. También del corajudo ser que no claudicó ante la tenaza del Grupo Grancolombiano con Jaime Michelsen Uribe a la cabeza y que desenmascaró al criminal Escobar Gaviria y a otros de su calaña como Carlos Lehder Rivas, Evaristo Porras y el clan Ochoa. Del periodista que puso en evidencia tanto a Alberto Santofimio Botero como a otros granujas del Congreso y que no se calló para denunciar los horrores del llamado “Estatuto de Seguridad” en los tiempos del presidente liberal Julio César Turbay Ayala o del grupo Muerte A Secuestradores (MAS) convertido en germen del paramilitarismo.

Maryluz Vallejo manifestó que “Don Guillermo fue un hombre muy generoso, sencillo, y transparente, pero también muy severo y crítico. Él no era de los que estaba dando todo el día palmaditas y por eso a veces le tenían tanto miedo en la redacción a sus reacciones cuando se dejaban chiviar, porque él era muy decente y nunca subía la voz, pero ese ‘mijito, qué le pasó ayer’ ponía a temblar a los redactores y editores”. Un tipo dulce y suave, pero también duro cuando había que ser estricto y pedir cuentas.
A su turno, Jorge Cardona señaló que para él siempre será un gusto hablar de Cano Isaza (cuyos hijos Fernando y Juan Guillermo Cano Busquets asumieron la dirección del periódico después del magnicidio), en su criterio y en el de muchos colegas uno de los diez periodistas más importantes de Colombia en el siglo XX. “Un nombre fundamental al momento de hablar de la paz, de las memorias de la lucha contra la corrupción y de la defensa de los derechos humanos sin medias tintas. Guillermo Cano es un emblema del periodismo de este país y con orgullo vengo a Bucaramanga para hablar de su memoria y de la memoria que nos traza El Espectador en la accidentada vida de Colombia”, subrayó.
Maryluz concluyó: “Don Guillermo fue un tipo íntegro y honesto, que no tenía ambiciones políticas y entregado al oficio como un apostolado, porque para él el periodismo fue un servicio público”. Y Jorge sentenció: “Sin periodismo libre no hay democracia, no hay justicia, no hay paz, no hay derechos humanos, no hay libertad. Esta es una sociedad que tiene que defender el periodismo”.
Estos invitados especiales a Ulibro 2025 igualmente hicieron un reconocimiento a aquellos periodistas santandereanos que formaron parte de la historia de El Espectador: Silvia Galvis, Olga Marín Arango, Mike Forero Nougués, Clemente Forero, Luis de Castro Niño y sus hermanos Flavio y Humberto, Alberto Galvis Ramírez, Rafael Mendoza Quiñónez, Alonso Heredia Durán, Eulogio Uscátegui, Gloria Castrillón, Julio César Niño y César Mauricio Olaya Corzo.
La charla fue moderada por el reportero Pastor Virviescas Gómez, integrante de la Oficina de Comunicación Organizacional de la Universidad UNAB y quien en la última década del siglo XX ocupara el cargo de editor internacional y del tema del día del periódico de la familia Cano, que luego pasó al control de la Familia Santodomingo a través del holding Valorem S.A.