Un escritor que escribe sobre un escritor que escribe sobre un escritor. Una detonación que estremece a una urbe y –en simultánea– una orquesta sinfónica que interpreta su repertorio a no tantas cuadras de allí. Jorge Franco Ramos (Medellín, 1962) sigue cautivando a sus lectores y así lo corroboró este lunes en la XXI Feria del Libro de Bucaramanga con la presentación de su más reciente novela “El vacío en el que flotas”, testimonio de una Colombia profunda que ha pasado por situaciones complejas, muchas de ellas causadas por el narcotráfico y por quienes a sangre y sobornos durante décadas se han lucrado ilegalmente.

Jorge Franco presentando su libro “El vacío en el que flotas” / Foto: Érika Díaz

Surrealismo, ambigüedades a propósito, sentimientos encontrados. Un libro en el que los protagonistas no son los capos y los sicarios que se encargan a sus santos de yeso antes de cometer sus atrocidades, sino sus víctimas comunes y corrientes “que tienen su duelo y su dolor pero que deben seguir pedaleándole a la vida porque no tienen otra opción”.

En pocas palabras: un relato íntimo sobre los vacíos que dejan la violencia, las ausencias y las rupturas. En contexto: la explosión de una bomba y la desaparición de un niño trenzan el drama de sus protagonistas, y entonces seremos testigos de tres relatos que comparten un mismo personaje. En el primero, una joven pareja pierde a su hijo en un atentado terrorista: la madre sobrevive, pero del niño no queda ningún rastro. En el segundo, un joven y desconocido escritor gana un importante premio literario: ahora disfruta y padece la fama lejos del hombre que lo crio, un ser enigmático pero lleno de compasión y ternura, una especie de artista de la noche que, ataviado de mujer, siempre aspiró a dedicarse a cantar en su propio cabaré. Y en el tercero, aquel hombre que se rebusca la vida, y a veces se viste de mujer, de repente llega a su pensión con un niño perdido: explica que los padres del pequeño murieron en un accidente y que él debe cuidarlo, pues es su única familia. Así, las tres historias se van entrecruzando, emergiendo unas de otras, para provocar una lectura intensa e intrigante que se pregunta por aquellos que nos dejan con el peso de su ausencia.

Así sintetiza Franco Ramos su más reciente novela, que le sigue los pasos a la consagración de su ya afamada “Rosario Tijeras”, la cual ha sido traducida a más de 15 idiomas y fue llevada al cine y a la televisión.

Jorge Franco presentando su libro “El vacío en el que flotas” / Foto: Érika Díaz

Un ‘monstruo bueno’ es uno de los personajes creados en esta oportunidad por Franco Ramos, a quien sin llegar a justificarlo declara que “las situaciones extremas que tienen que vivir millones de personas, sobre todo en este país, hacen que a veces se tomen decisiones equivocadas y en muchas ocasiones tratamos de corregir esos errores siendo mejores personas e intentando mejorar la vida de otros, pero el problema de los ‘monstruos buenos’ es que se encuentran en un constante vaivén yo no diría tanto que entre el bien y el mal, sino entre la culpa y el bienestar, dos situaciones extremas que a veces predominan en este tipo de personas aunque no tengo la certeza de que realmente podamos calificar a alguien como un ‘monstruo bueno’. Me queda todavía la duda”.  

El ganador del Premio Alfaguara de Novela (2014) con “El mundo de afuera” y autor de otras obras de ficción como “El cielo a tiros”, “Paraíso Travel” y “Santa suerte”, manifestó que más allá de la misma trama espera que quienes adquieran este nuevo libro “perciban una historia bien contada, con personajes que tienen músculo, una historia con mucha sensibilidad y que seguramente va a poner al lector a cuestionarse muchas cosas, incluso de índole moral, que a lo mejor no va a llegar tampoco a ninguna conclusión, pero que simplemente la vida es así y que mis libros siempre tratan como de robarle a la vida real esas historias para que queden en la memoria de la literatura y en la memoria de los lectores”.

No le consta si la lectura hace mejores personas, pero Franco Ramos sí está convencido de que leer lo convierte a uno en un ser diferente, ampliando el pensamiento, la comprensión y la tolerancia, mejorando los puntos de vista. “No existe nada que se acerque más al conocimiento de la condición humana que lo que encuentras en la literatura”, expresa. 

Por último, Franco Ramos –a quien el Nobel Gabriel García Márquez leía y recomendaba– dijo que ve con asombro el crecimiento y madurez de Ulibro como una feria “importante, seria y muy bien organizada en este escenario idóneo de Neomundo y les deseo muchos más años de ferias y de éxitos”.