El ganador del premio a mejor guion del Festival de Cannes (Francia) en 2005 presentó su más reciente novela Salvar el fuego, una historia que retrata las contradicciones de un país.

Por Gimena K. Velandia R. y Felipe Jaimes L.
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El escritor, guionista y director cinematográfico mexicano Guillermo Federico Arriaga Jordán expuso su sexta novela titulada Salvar el fuego, durante la quinta jornada de la Feria del Libro de Bucaramanga, Ulibro 2020. El encuentro se transmitió en vivo en la página web Ulibro.com.

El guionista de películas como «Amores perros» (2000), «21 gramos» (2003), «Los tres entierros de Melquiades Estrada» (2005) y «Babel» (2006), conversó con el escritor, filólogo y periodista colombiano Santiago Gamboa Samper, sobre una obra que representa a «dos Méxicos» separados por las clases sociales.

El autor resaltó la importancia que tiene transmitir una visión optimista en sus novelas, pero sin obviar aspectos que afectan a Latinoamérica como la desigualdad y la violencia. Por ello, en la trama de Salvar el fuego se presenta una convergencia entre las consecuencias que dejan las buenas y malas decisiones.

A falta de brújulas, experiencias

Arraiga presentó una postura particular para efectuar el proceso de creación de sus obras: “Ni brújula tengo. La novela es algo que voy descubriendo conforme voy tomando senderos”. Salvar el fuego, ganadora del premio Alfaguara en 2020, profesa esos dos senderos que son los deseos de venganza y la importancia de la dignidad humana.

Reveló que en sus seis novelas, seis cortometrajes y cinco largometrajes él mismo descubre lo que quiere mostrar en su obra, por ello ha tomado como referencia lo que ha visto, escuchado y experimentado “en carne propia”. Para el guionista y escritor, la investigación entorpece el proceso de  relatar los hechos de manera espontánea.

En respuesta al tabú

En su obra pretende romper aquellos tabúes que se ven marcados, según él, en las clases altas. “Hay rechazo a los cuerpos como intimidad amorosa y como erotismo”.  Al escribir no se cohíbe ante imaginarios de una literatura en versos líricos, por el contrario, precisa cada detalle para que su audiencia perciba la historia de una manera extrasensorial a partir de la lectura.

Marina es la protagonista de la historia y según el autor ella es como cada persona que posee límites. En las 628 páginas de la novela, Marina se enfrenta a sus límites físicos para reconstruirse a ella y a su vida.

La cacería como propuesta literaria

La cacería es fuente de inspiración para la escritura de Arriaga Jordán. En sus obras Un dulce olor a muerte (1994), El búfalo de la noche (1999), El Salvaje (2016) y Salvar el fuego (2020) se presentan a los personajes y su historia como una cacería.

Para el escritor mexicano, aunque la cacería sea vista como un acto deshumanizante, considera que es un ejercicio que lo acerca más a la naturaleza: “No todos tienen esta percepción porque pagan por matar al animal”. El arte de cazar es un limbo emocional para Arriaga, pues pasa por la tristeza, vergüenza, misericordia, indulgencia y plena gratitud; tiene el derecho legítimo de cerrar ese ciclo porque llega a conectar con su presa. Además, agudiza sus sentidos porque como él comentó “aprendes a leer en qué momento pasa el animal, dónde viene el aire, cómo entra la luz del sol”, es un entrenamiento que ha marcado su estilo como escritor.

Reviva el conversatorio entre Guillermo Arriaga y Santiago Gamboa en este enlace.